domingo, 16 de junio de 2013

Trinity

Ética en la guerra


Eran las 05:29:45 hora local de Nuevo México, del 16 de junio de 1945, cuando la humanidad dio un paso gigantesco en la historia de su civilización. Ocurrió en un remoto lugar del desierto Jornada del Muerto, llamado White Sands, cerca de Alamogordo. Allí el hombre logró realizar la primera detonación nuclear.

El dispositivo, llamado Gadget, liberó una energía de 19 kilotones, equivalentes a 19.000 toneladas de explosivo TNT. El cráter que dejó tenía una profundidad de 3 metros y un diámetro de 330 metros y la onda de choque se notó a 160 kilómetros de distancia, el hongo se alzó 12 kilómetros sobre el desierto. La arena, compuesta principalmente de sílice, se derritió convirtiéndose en un vidrio de color verde claro, llamado trinitita. 
Robert Oppenheimer, el director científico, dijo más tarde que tras contemplar la primera explosión nuclear pensó en el poema hindú: Bhagavad Gita: “Ahora me he convertido en La Muerte, Destructora de Mundos”. En otro párrafo dice: “Si el esplendor de un millar de soles brillasen al unísono en el cielo, sería como el esplendor de la creación…” Según su hermano en ese momento exclamó “It worked” (funcionó). Kenneth Bainbridge, director de la prueba comentó a su vez: “Ahora todos somos unos hijos de puta”. Edward Teller había especulado que era posible una fusión en cadena del hidrógeno capaz de incendiar la atmósfera terrestre, aunque tras estudiar este riesgo los físicos Hans Bethe, Robert Saber, Oppenheimer y el propio Teller descartaron esa posibilidad.

Aquel era el resultado de una de las empresas más ambiciosas emprendidas por la civilización humana: el proyecto Manhattan. Todo se inició el 2 de agosto de 1939, cuando Albert Einstein, tal vez el científico más prestigioso del momento, envió una carta al presidente Franklin D. Roosevelt en la que la advertía de lo peligroso que sería que los nazis avanzaran en la investigación de la bomba atómica. Tras la explosión de Hiroshima Einstein comentó: “debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta a Roosevelt”.

El 9 de octubre de 1941 Roosevelt autorizó el desarrollo de las armas nucleares. El 6 de diciembre se creaba el Comité S-1 con el objetivo de guiar las investigaciones que se estaban desarrollando en las universidades de Chicago, California y Columbia. Entre otros centros en 1942 se construyeron dos enormes plantas para conseguir el material en Oak Ridge (Sitio X) en Tennessee y Hanford (Sitio W) en Washington. Y finalmente el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México. En total trabajaron más de 400.000 personas durante esos años, con un coste de dos mil millones de dólares (equivalentes en 2013 a 26.000 millones).

Tras el éxito de la prueba Trinity se completaron dos bombas más: Little Boy (Niño Pequeño), basada en la fisión en cadena y que usaba el isótopo de uranio U-235. Y Fat Man (Hombre Gordo), basada en el isótopo de plutonio Pu-239 usando la implosión del plutonio. La primera detonó en Hiroshima el 6 de agosto de 1945. La segunda sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945.

A las seis de la tarde de ese 6 de agosto de 1945 en la casa de campo de Farm Hall, en Godmanchester, un grupo de prisioneros alemanes escucharon en la BBC la noticia de la explosión de bomba nuclear en Hiroshima. El 7 de agosto uno de ellos leyó un informe que había elaborado que incluía la estimación de la masa crítica del Uranio-235 necesaria para la explosión, así como las características del diseño de la bomba. Aquel hombre de Werner Heisenberg, líder del proyecto de desarrollo de la bomba atómica nazi. Su audiencia eran otros destacados científicos alemanes como Otto Han, Carl Friedrich von Weizsäcker o Max von Laue. Durante años Heisenberg se defendió indicando que siempre había retrasado voluntariamente los trabajos de desarrollo nuclear para que Hitler nunca tuviera tal artefacto. Hasta que en febrero de 1992 las escuchas realizadas en Farm Hall, dentro del proyecto Epsilon (la grabación secreta de sus conversaciones, como ya hubieran hecho con los oficiales de alto gradoprisioneros en Gran Bretaña), no fueron desclasificadas, no se pudo demostrar que Heisenberg decía la verdad: ya que en un día había realizado los cálculos teóricos correctamente para el diseño de Little Boy.

Werner Heisenberg de manera consciente no entregó la bomba nuclear a Hitler. Robert Oppenheimer lideró el trabajo de cientos, miles de científicos y técnicos en el desarrollado consciente de dicha arma y como otros muchos que estuvieron involucrados en el proyecto Manhattan se arrepintieron de ello.

Sobre White Sands se erige un obelisco de 3,65 metros de algo que marca el hipocentro de la explosión, donde se realizó la primera detonación nuclear por primera vez en su historia, inaugurando así la Era Atómica de la humanidad.

LL. C. H.

2 comentarios:

  1. Que Heisenberg retrasase o no el programa atómico no es algo tan importante. Si en el Proyecto Manhattan participaron más de 400.000 personas y se tuvieron que gastar 2.000 millones de dólares de la época, ¿qué diferencia habría supuesto la implicación mayor o menor en el proyecto alemán de de un único físico, por bueno que fuese? Lo cierto es que los alemanes nunca pasaron de la investigación teórica, y no tenían recursos para comenzar un programa industrial como el que desarrollaron los estadounidenses.
    Un saludo, Llorenç.

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    1. Es cierto que Alemania estuvo lejos de obtener la bomba atómica. No podemos comprar la magnitud del Proyecto Manhattan con el Uranverein (o Club del uranio) alemán. Sin olvidar que los nazis siempre creyeron que las teorías científicas como la mecánica cuántica o la relatividad eran “judaizantes”, por lo que nunca creyeron en ellas.

      Pero lo importante no es si unos u otros tenían la capacidad técnica de desarrollar tal arma, sino la voluntad por parte de los hombres de ciencia para convertirla en una realidad. No solo Heisenberg dijo tras la guerra que había impedido de manera consciente su desarrollo, sino también Max von Laue y otros científicos de gran nivel. Y esa es la diferencia: unos de manera consciente se implicaron en su construcción y otros se negaron retrasando su desarrollo.

      Un saludo

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