Párrafo 175
En la
madrugada del 28 de junio 1969, en el barrio neoyorkino de Greenwich Village,
los gays, lesbianas y transexuales, cansados de las constantes redadas y
detenciones arbitrarias de la policía de Nueva York, protestaron, se
manifestaron y se enfrentaron contra sus acosadores en lo que se conoce como
los Disturbios de Stonewall. Un año después se celebraron las primeas marchas
del Día del Orgullo Gay en Nueva York y en Los Ángeles. En Alemania aún estaba
vigente el Parágrafo 175 de la ley, aprobada en 1872 y por la que los nazis
enviaron a miles de homosexuales a los campos de concentración, por
considerarles anti-sociales y peligrosos para la raza aria. No fue derogada
completamente hasta el 11 de junio de 1994.
“Aunque
minoritaria en cuanto a las cifras, la deportación por motivo de homosexualidad
fue objeto de una categoría específica, simbolizada por el triángulo rosa. Las
estimaciones más recientes hablan de un total de diez mil deportados, de los
cuales sólo sobrevivió el 40%”, nos recuerda Juan-Luc Schwab en la biografía
que escribió de Rudolf Brazda ‘Itinerario
de un triángulo rosa’ (Pág. 240-241). Lo peor de todo es que tras
sobrevivir a los campos de concentración, los presos del triángulo rosa, siguieron
igualmente marginados y no tuvieron derecho a ningún tipo de ayuda, ya que
habían sido encarcelados según una ley no nacionalsocialista. Su ostracismo y
rechazo siguieron durante muchos años. Fue el último grupo de víctimas en ser
oficialmente reconocido.
El
primer monumento dedicado a su memoria fue inaugurado en la ciudad de Frankfurt
am Main, es una estatua de Rosemarie Trockel, que represente un ángel sujetando
una banda. La inscripción dice: "Los hombres y mujeres homosexuales
fueron perseguidos y asesinados durante el régimen nacionalsocialista. La
matanza fue ocultada y negada, despreciando y condenando a los supervivientes.
Por ello los recordamos y a los hombres que aman a otros hombres y las mujeres
que aman a otras mujeres que frecuentemente todavía siguen siendo perseguidos.
Frankfurt del Meno. Diciembre 1994".
Rudolf
Brazda (26 de junio de 1913 - 3 de agosto de 2011), fue uno de los cerca de
diez mil deportados acusados de infringir el Párrafo 175.
Llegada
a Buchenwald, 8 de agosto de 1942:
Se
los reunió en la sala común del barracón y recibieron la orden de coser sobre
la chaqueta y el pantalón de su uniforme un pequeño triángulo de color, así
como un número estarcido sobre una estrecha cinta de tejido blanco. Para la
administración del campo, este número era su nueva identidad. Rudolf ya no era
sino la matrícula 7952. El número ya lo habían llevado antes de él dos polacos,
que habían sido transferidos a otros campos, y después dos naturales del Reich,
que habían muerto de Buchenwald. Él era, pues, el quinto en usarlo.
Encima
de la matrícula había que añadir un triangulito de tejido de color. Un
triángulo de unos centímetros de lado, con la punta vuelta hacia abajo y cosido
a la chaqueta, a la altura del corazón. El color dependía del motivo de la
detención. La matrícula 7952 había estado asociada anteriormente a triángulos
de colores diferentes: al principio, al triángulo rojo de los prisioneros
políticos (los dos polacos), después al negro de los «asociales, refractarios
al trabajo» (los dos naturales del Reich), y por fin al verde de los
«criminales de derecho común» (los dos últimos portadores de la matrícula). En
el caso de Rudolf el color fue el rosa, escogido para estigmatizar la
homosexualidad. En resumidas cuentas, un sistema de clasificación muy sencillo,
con la particularidad en el caso de los detenidos judíos. A ellos se les
reconocía por una estrella amarilla, en ocasiones bicolor (un triángulo
amarillo y un triángulo del color correspondiente al segundo motivo de
deportación).
Rudolf Brazda |
Además
de la matrícula y el triángulo o estrella, el uniforme del prisionero se
completaba a voluntad. En la espalda se añadían a manudo símbolos o
inscripciones: reincidente, compañía disciplinaria, sospechosos de querer
evadirse…, sin olvidar el NN de los prisioneros Nacht und Nebel (Noche y Niebla, de cuyo arresto y deportación no
se daba ninguna información).
(…) Y
como era costumbre todos los que no eran ciudadanos del Reich, en el centro del
triángulo rosa le habían estampado con tinta indeleble la letra que designaba
su nacionalidad: T de Tschèche,
checo.
(Pág.
145-147)
Cuando
no se les empleaba en trabajos particularmente duros o degradantes [los presos
homosexuales], eran utilizados como cobayas humanas. Los «experimentos médicos»
se multiplicaban, lo mismo que las desapariciones repentinas de los triángulos
rosa. Como aquellos dos jóvenes que no tenían aún 25 años. Corrió el rumor de
que habían sucumbido a los experimentos practicados en el marco de las
investigaciones sobre la difteria. Se trataba de ensayos clínicos in vivo.
Además,
los homosexuales eran presas escogidos sobre todo para los experimentos del
médico danés Carl Vaernet. A finales de 1944, este nazi convencido
experimentaba tratamientos de «inversión de polaridad sexual». ¿Su
especialidad? La implantación de una glándula artificial en el ano del paciente
para dispensar hormonas al organismo desde allí. Esperaba efectos positivos
sobre las preferencias sexuales de sus cobayas.
(Pág.
172)
Libro: Rudolf Brazda. Itinerario de un
triángulo rosa.
Autor: Juan-Luc Schwab
Editorial: Alianza Editorial
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