martes, 23 de abril de 2013

Alemania Hora Cero



Un país destruido
 Cuando a las 23:01 del 8 de mayo de 1945 el polvo y las cenizas empezaron a posarse sobre Alemania, esta era un páramo de escombros y ruinas, arrasada en la  guerra más devastadora que ha conocido la humanidad. La campaña de bombardeo, iniciada en 1941 se había extendido por ciudades y fábricas, líneas de ferrocarril y puentes. Durante los últimos meses se habían librado en su suelo violentos combates entorno a la región del Ruhr, la ciudad de Berlín, Colonia, Viena y tantas otras.
Frankfurt el 11 de mayo de 1945
 
Ulm
Durante la lucha ambos contendientes habían usado todas las formas, técnicas y tecnologías de destrucción que existían para llegar a la victoria final. Entre ellas fue usada de manera colosal e indiscriminada un arma nueva, que apenas tenía 40 años de vida desde que el 17 de diciembre de 1903 los hermanos Wright habían logrado el primer vuelo a motor. Pero para entonces las naciones beligerantes eran capaces de desplegar miles de aviones para destruidor casi en su totalidad una ciudad. Aunque todo eso iba a cambiar aún mucho más rápido, ya que el 6 de agosto de ese año un solo avión sería capaz de destruir completamente una ciudad con una sola bomba.

Hamburgo
Durante aquella guerra la RAF había lanzado sobre Alemania 964.644 toneladas de bombas, mientras que sus homólogos de la USAF usaron 623.418 toneladas. El porcentaje de la superficie destruida en Berlín fue de 33%, en Colonia el 61%, en Hamburgo el 75%, en Bremen el 60%, el Bochum el 85%, el Dresde el 59%, en Kassel el 69%. Las bajas entre los civiles se calculan que fue entre 305.000 y 600.000.


La obra:
Münster 21 de marzo 1945
Este libro nos muestra la colosal destrucción que sufrió Alemania en 1945. Ciudades destruidas, en las que solo quedan los esqueletos de sus edificios, con sus interiores desaparecidos. Nos muestra las infraestructuras arrasadas, como tramos de vías han sido impulsadas por encima de los vagones por la fuerza de las explosiones. Como los puentes se han partido y yacen derribados bajo las aguas. Los campos marcados por los cráteres de las bombas, como si gigantescos topos hubieran horadado la tierra. Las barcas hundidas en los ríos, infraestructuras derribadas, fábricas derruidas, pueblos arrasados, ciudades recudidas a escombros.

Neuss 26 de marzo 1945

Coblenza
Ulm el Día de la Capitulación
Aproximación personal: 
Schweinfurt
La destrucción que sufrió Alemania se puede considerar apocalíptica y el libro ‘Hora cero’ es un ejemplo de ello. ¿Era necesaria semejante destrucción? ¿Era necesario que murieran tantos civiles alemanes por culpa de los bombardeos? Las estadísticas indican que la producción armamentística alemana se encontraba en su punto más álgido durante 1944. Aunque Albert Speer, como ministro de armamento, reconoció que los bombardeos habían interrumpido sus planes de expansión de la producción. Aun así la detención de la fabricación de combustible sintético sí sirvió para que los panzer de la Wehrmacht no pudieran moverse y la Luftwaffe volar, ayudando por tanto al rápido fin de la guerra. Así como los la producción del submarino del Tipo XXI, el cual podría haber alterado el curso de la batalla del Atlántico a favor de la Kriegsmarine. Convertir a la población civil de Alemania en un objetivo legítimo, indicando que la destrucción de los hogares de los trabajadores impediría que estos continuaran con la producción bélica, raya la perversidad. El desarrollo de técnicas de destrucción como la Tormenta de fuego, usando bombas de fragmentación para destruir los tejados y después lanzar bombas incendiarias para consumir su interior, se podría considerar un acto criminal.
 
Bad Fallingbostel 14 de abril 945
Aeródromo de München
Pero por otro lado no podemos olvidar que Alemania era la nación agresiva que inició la guerra. Que el gobierno del III Reich era una organización criminal que creó los campos de exterminio, así como extendió el terror y la represión por todos los países que dominó, incluyendo su propia nación: Alemania. Es humano sentir piedad por la población alemana, de la cual decir que toda era una ferviente seguidora del nacismo, sería mentir. Pero no podemos olvidar que Hitler llegó al poder mediante el ejercicio de la democracia (bastante tergiversado y manipulado, todo hay que decir) y que el nazismo gozó de gran popularidad durante los años de bonanza económica (dirigida hacia el rearme) y las primeras victorias de la guerra. Que los primeros en bombardear ciudades llenas de población civil fueron las fuerzas de la Luftwaffe, como Gernika, Varsovia o Rotterdam. Pero sobre todo hemos de recordar que el III Reich era un régimen maligno y que para su destrucción era necesario usar todas y cada una de las armas disponibles, incluido el bombardeo estratégico.


Cuartel general de Zossen
22 de marzo 1945
Puntuación: 4 (sobre 5)
Título: Alemania. Hora Cero
Título original: Deutschland. Stunde Null.
Autor: Heinz Leiwig
Idioma: Alemán
Año: 1988
Editorial: Motorbuch Verlag, Stuttgart
Páginas: 232
ISBN: 3-613-01185-9

Kiel el 9 de abril 1945




 




2 comentarios:

  1. El bombardeo estratégico de barrios residenciales con nulo valor militar, que sólo buscaba generar terror y bajar la moral del enemigo, fue defendida por el "bombardero" Sir Arthur Harris,(comandante en jefe del Bomber Command de la RAF) a ultranza, y a día de hoy, es bastante controvertida. Llama la atención que los Aliados tardaran tanto (mayo de 1944) en iniciar una campaña seria y sistemática de bombardeo sobre las fábricas y refinerías de petróleo sintético, cuando se llevaban más de dos años de bombardeos sobre las ciudades alemanas. El daño inflingido sobre las refinerías fue bastante más determinante para ganar la guerra que arrasar barrios y distritos enteros de las ciudades germanas.

    Buena reseña, Llorenç. Lástima que el libro sólo esté publicado en alemán.

    Saludos

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    1. Las críticas que podemos hacer hacia la campaña de bombardeo estratégico aliado son muchas y su eficacia ciertamente muy criticable, sobre todo porque su resultado cuantitativo no se corresponde a corresponder a lo anunciado. Pero como en muchas otras ocasiones sus efectos sí contribuyeron, junto a otros, a socavar la resistencia del III Reich. Los cañones antiaéreos y la munición empleada no fueron usados en otros frentes. Los aviones usados en la defensa del territorio no pudieron enfrentarse a sus homólogos en los campos de batalla. Los recursos para reparar las infraestructuras no fueron usados para reforzar otras defensas, etc… Es como un enjambre de mosquitos atacando un elefante. Este puede aplastar a muchos, pero al final caerá por saturación (valga la analogía). Al final los que pagaron los ataques inútiles fueron los civiles alemanes, muchos de ellos inocentes y seguramente anti-nazis, así como las tripulaciones que fueron abatidas.

      Y en todo caso, el libro es interesante por la gran cantidad de imágenes que tiene, ya que apenas sí tiene texto.

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