viernes, 28 de diciembre de 2012

Un escritor en guerra


La pluma es más fuerte 
que al espada



El poder de la palabra frente a las armas y a la barbarie de la guerra no siempre parece un hecho incuestionable. Contra el humo y las cenizas, la sangre y las lágrimas surgidas del acero de los tanques o las bombas de la aviación o la artillería, poco puede hacer la pluma y el papel. Pero también es cierto que todo tirano teme la crítica, por lo que todo régimen dictatorial lo primero que hace es aplicar una férrea censura sobre la prensa y la libertad de expresión con la intención de anular todo pensamiento libre. Y ese es su Craso error ya que la verdad y al final la libertad, siempre acabará por surgir y prevalecer. Y los escritos de Vasili Grossman son un claro ejemplo de la verdad que encierran las sabias palabras de Edward Bulwer-Lytton “la pluma es más fuerte que la espada”.



Vasili Groosman:
Un escritor en guerra es el resultado de las notas de Vasili Grossman que Antony Beevor descubrió durante el trabajo de documentación de su libro Stalingrado, publicado en 1998 (en España lo haría en el 2000 con Memoria Crítica). Para el cual estuvo consultando los archivos soviéticos, accesibles solamente tras la caída de la Unión Soviética en 1991. Y fue en el Archivo Estatal Ruso de Literatura y Artes, donde los encontró Beevor: “Nadie sabía que se habían conservado, ni cómo llegaron allí, ni cómo sobrevivieron a las pesquisas de la eficaz investigación de lo servicios secretos de Stalin”.

Aquellos cuadernos, que empiezan el 5 de agosto de 1941, son las notas de un periodista que trabaja para la Estrella Roja (Krasnaia Zvezda), el periódico del Ejército Rojo, y fueron escritos durante los más de 3000 días que Grossman estuvo en el frente (casi 3 años de los 4 que duró la guerra). Grossman anotaba sus crudas y directas vivencias, los sucesos de los que su mirada era testigo y los testimonios de los presenciaron la cruda guerra. Algunas las utilizaría para sus artículos y relatos publicados durante la contienda, otras, las más descarnadas, serían su inspiración para su obra maestra: Vida y Destino (Galaxia Gutenberg, 2007).

Lo más importante de estos es que están escritos sin ningún tipo de censura, eran lo que veía y sentía aquel novelista de gafas redondas, que fue testigo de una de las más brutales y devastadoras guerras en que ha generado el hombre. "Si la NKVD los hubiera leído le habrían enviado inmediatamente a un campo del Gulag" indica Beevor en la introducción del libro.


"Son muy pequeños", explicó Beevor, "llenos de apuntes escritos con una letra menuda. Cuando Luba y yo los descubrimos, quedamos fascinados por la cantidad de información que contienen sobre lo que ocurrió en el frente, sobre cómo vivieron la guerra quienes la hicieron y quienes la padecieron". Describiéndolo como un “observador más perspicaz y honesto”, capaz de narrar “la brutal verdad de la guerra sin olvidar el valor moral y físico”.

"A las autoridades soviéticas les interesaba que fueran escritores, y no sólo periodistas, los que informaran sobre lo que ocurría en los campos de batalla. Enviaron a Grossman, a Ehrenburg, a Simonov... ". Continua Beevor y es en ese marco es donde aparece la figura de Vasili Grossman, no solo es un periodista, sino que es un escritor que empuña la pluma ante de agresión nazi. Siendo un testigo excepcional, no solo por estar en el frente, junto a los soldados de a pie, sino por que a la hora de describir todo lo que ocurría a su alrededor, usa su ingenio intelectual de manera tal que eleva las meras notas para sus artículos a pura literatura. Haciendo que sea una lectura imprescindible para cualquier aficionado a la Segunda Guerra Mundial que quiera acercarse a lo que ocurría y vivía el soldado de la trinchera y en este caso del soldado soviético.

La obra:
Antony Beevor y Luba Vinogradova (colaboradora habitual de Beevor) intercalan las anotaciones de Grossman, junto a cartas personales y artículos del periodista, con una aproximación a los acontecimientos militares que están devastando la Unión Soviética. Lo que permite al lector tener una visión amplia y situar las circunstancias que rodean a Grossman en sus estancias en el frente de manera detallada y específica.

Aunque en ocasiones la parte del texto usada para situar las circunstancias que rodean al periodista, quitan protagonismo a las propias notas de Grossman, sobre todo en la parte de la batalla de Stalingrado, que obviamente Beevor conoce tan bien.


La edición:
Solo puede considerarse como magnífica. En primer lugar la traducción de Juanmari Madariaga es fluida y deja muchos términos en su ruso y alemán a lo largo del texto. Lo que personalmente aprecio mucho al mantener la esencia del término, considerándolo más evocador y fiel a los términos originales.

Además hay gran cantidad de notas a pie de página con datos biográficos de las personas citadas, lo que ayuda a situarse en el entorno y el contexto del momento. Así como otras más técnicas sobre equipos y armas, lo que sirve de gran ayuda a los lectores que no sean aficionados a estos temas. Esto es de agradecer y permite situar a Grossman dentro de un amplio contexto sin que el texto resulte cargante. Mientras que demuestra la cuidadosa edición hecha por Crítica de este libro.

Finalmente Un escritor en guerra tiene una característica algo diferente en este tipo de publicaciones. Al contrario que la mayoría, sus fotografías no están situadas en la parte central o agrupadas en páginas de mayor calidad, obligando al lector a interrumpirse para buscar el apoyo gráfico para situarlo en el texto. Sino que estas están repartidas a lo largo de todo el libro, lo que permiten tener la sensación que le están acompañando mientras avanza en el relato que nos hace Grossman de la Gran Guerra Patriótica. Tal vez se pierda algo de calidad, pero de esta manera uno tiene la sensación de encontrarse junto a Grossman a medida que va tomando notas en sus cuadernos, viendo, de alguna manera, lo mismo que aquel observador excepcional podía haber visto con sus propios ojos.


Aproximación personal:
Mi historia con este magnífico libro es peculiar y le guardo un recuerdo especial. Cuando empecé a verlo en las estanterías de las librerías, allá por 2006, he de confesar que no me despertó ningún interés. Conocía bien a Antony Beevor y para entonces ya había leído (ávidamente todo hay que decir) Stalingrado (2000), Berlín. La caída: 1945 (2002), La batalla de Creta (2003) o La Guerra Civil Española (2005), y ya era uno de los historiadores cuyo trabajo más valoraba. Aun así el tema, que no versaba sobre una batalla o campaña específica, no me atraía.

Pero en una de mis incursiones a la biblioteca, donde aquella vez no había nada interesante, decidí coger aquel libro cuya portada contenía unos soldados rusos saltando sobre una trinchera. Nada más empezar a leer sus páginas supe que había encontrado uno de esos libros llenos de magia. No uso esa palabra a la ligera, la literatura tiene la capacidad de transformar a las personas y Un escritor en guerra es uno de esos libros. Poco a poco fui descubriendo, a través de sus escritos, a un hombre extraordinario: a Vasili Grossman. Gracias a su prosa, en ocasiones escrita tras un agotador día y por tanto improvisada, era capaz de transmitir los sentimientos y sensaciones de hombres y mujeres que habían vivido sesenta años antes.

Antes de terminar de leer aquel ejemplar ya lo había adquirido para tenerlo en casa y lo he repasado varias veces desde entonces. Cuando unos meses después Galaxia Gutenberg editó Vida y Destino no dudé en comprarlo y descubrí una de las novelas más impresionantes que he tenido nunca en mis manos, pudiendo comprobar como Grossman había usado las notas que había leído en Un escritor en guerra, para crear a sus inolvidables personajes. Y comprender que aquella no era una obra de ficción al uso, ni mucho menos propagandística, ya que muchas de aquellos acontecimientos habían sido presenciados por el propio Grossman durante sus años de periodista del Estrella Roja.

Por lo que tengo que agradecerle a Antony Beevor que me hiciera descubrir a Vasili Grossman y su obra.


Título: Un escritor en guerra: Vasili Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945
Título original: A writer at war. Vasily Grossman with the Red Army 1941-1945
Autores: Antony Beevor & Luba Vinogradova
Año: 2005
Editorial: Crítica, 2005
Colección: Memoria Crítica
Páginas: 479
ISBN: 978-84-8432-744-8
Puntuación: 5 (sobre 5)
 

2 comentarios:

  1. ¡Buen trabajo, Llorenç! Enhorabuena por la reseña y mucha suerte con este recién nacido "Libros en Guerra".

    A mi Beevor me encanta, pero precisamente este es uno de los pocos libros suyos que me quedan por leer. Hace poco le eché un vistazo en la FNAC y leí algunas páginas y tenía una pinta increíble, así que a ver si me hago con él, de uno u otro modo.

    De Grossman he leído poco, pero su prosa es realmente genial. Hace poco acabé "Años de Guerra" y me encantó. "Vida y Destino", lo empecé y lo tengo a mitad, desde hace ni se sabe, por falta de tiempo.

    Aquí tienes un fiel seguidor de tu blog, a la espera de sucesivas reseñas. Nos leemos!

    Saludos!!

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  2. ¡¡Muchas gracias!!!

    Me alegro que te gustara mi pequeño blog, lo actualizaré cada semana, o por lo menos esa es la idea. Y si te gusta Grossman este es un gran libro. A mi me gustó más "Vida y destino" que "Años de guerra". En todo caso los tengo pendientes para hacer la reseña.

    ¡¡Un fuerte saludo!!

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